Yo? tu si que no paras maestro!

Antes de comenzar a manipular y recomponer la parte delantera del interior, la que sujetara los mofletes etc, es importante dejar preparada y pegadas las ventanas, es decir, pegar la tela que tapiza el hueco por donde pasaran las correas y dejar secar.

Si recordáis, el relleno original lo formaban dos piezas, dos tipos de espuma de diferente densidad. Decidí quitar la más blanda, la primera capa porque es la que había perdido toda su resistencia. La otra espuma parecía que conservaba bastante su textura.

Lo normal hubiera sido que hubiera sacado el patrón y hubiera puesta solo una pieza de espuma blanca (la más blanda) pero no quise arriesgarme por si me quedaba corto o pronto perdiera su densidad y tras meditar cual monje tibetano, pensé que lo mejor sería poner dos piezas de espuma en vez de una, es decir, quite una de las espumas descompuestas, la que tiene contacto directo con la tela, y pegaría las dos piezas unidas, espuma blanca y gris, preferí hacerlo así para no arriesgarme a quedarme corto y en poco tiempo que la espuma estuviera otra vez blanca y no me sujetara los mofletes, no estaba dispuesto a desmontar de nuevo el casco. Mejor que quedara algo duro que demasiado blando, de todas maneras la espuma blanca me aseguraba un contacto directo más blando y amortiguaría el mullido con el gris nuevo.

Esta es la pieza original, donde se aprecia que he quitado la espuma más deteriorada.
La espuma de la parte inferior decidí no tocarla tampoco.
Continuará...

Tras hidratar un poco el cuero de la boca, lo sujete con pinzas hasta que pegó con el pegamento de poliestileno, al final no fue muy complicado estirarlo todo de nuevo y que encajara a su estado original.
El resultado salta a la vista.

En el interior del casco había 3 restos de silicona, un punto en el frontal del corcho de la mandíbula y dos puntos de silicona en la parte superior del corcho principal de la cabeza. Con mucho cuidad para no dañar la fibra, arranqué los restos y puse nueva silicona en el mismo lugar.

Aunque el forro universal encajaba bien y apenas se movía, añadí tres puntos velcro de doble cara. Tres trozos pequeños que pegaran sobre la tela original pero que me permitiera no tener que utilizar pegamento y poder sacar más adelante cuando quisiera lavar.

Tengo que reconocer que ansiaba que llegara el momento de tener que volver a meter todo dentro del casco. El miedo a que no encajara, que no fuera capaz de volver a introducir y ser capaz de no producir daños me invadió. Una vez más, todo fue más fácil de lo que pensé en un principio, en pocos minutos encajé primero el núcleo central de la cabeza, introduciendolo ligeramente de lado, con la silicona recién puesta y sin producir ningún rasguño al corcho y la tela. Pero aun quedaba la zona frontal de la mandíbula...¿encajarían las dos piezas dentro del casco?

Deslicé las correas por la tela del hueco de las ventanas del corcho y estas entraron con sus flamantes fundas nuevas sin demasiada resistencia, una vez estiradas, coloqué toda la pieza de corcho frontal de la mandíbula a la primera, todo encajó a la perfección.

Una vez puesto todo el interior, comprobé que había algunas arrugas en el forro universal, era lógico, por lo que añadí unas pequeñas gotas de pegamento textil y unas pesas para quitar las arrugas y que no cogiera vicio.